domingo, 11 de abril de 2010

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A un dique seco se va la nave,
aparcada en el remanso sereno.
No hay movimiento, el agua tímida
se queda con tu reflejo de cristal...
y con la luz que desprende aquella sonrisa
aquel amanecer de sensaciones,
aquellos gestos tan tuyos...
Y cuando esto escribo lo recuerdo todo.
Lo que quiero y lo que no quiero
se junta en un solo camino en mi mente,
y como siempre vas en mi ayuda
y me socorres ante un ambiguo naufragio
ante una tumultuosa lluvia, de ahogo,
de ansiedad por lo que fue y lo que será...