"Tempus fugit", el tiempo vuela... Es un tópico base de la literatura, pero que también ha pasado a nuestro estilo de vida, por llamarle de alguna forma o "informa" si se me permite el "palabro" y con el permiso de los lectores.
¿Porqué nos esforzamos en que pasé el tiempo? El tiempo en si mismo se ocupa de pasar solo... Pero ahi que estamos, que si es jueves, deseando que llegue el viernes...que si es enero deseando que llegue marzo... si verano que invierno, si invierno que verano... El tiempo fagocita al tiempo, y aunque no lo queramos va a pasar igual. La cuestión es en como pasarlo, ahí creo que radica el misterio del propio tiempo. Cuanta más celeridad más apresuramiento y menos disfrute, de ahí que haya un nuevo movimiento extendido en algunos países de Europa que se esfuerza por
elogiar la lentitud de las cosas, el tiempo va a pasar igual pero ocupémonos en que pase a gusto y con disfrute de cada segundo, de cada minuto. La prisa genera prisa, y cada vez llevamos, más y más sistematizado el tiempo de cada día, y cada día de ese tiempo.
Hace poco tuve el gran placer de contemplar una obra de teatro basada en esta idea, se trataba de un grupo valenciano "Els pont flotant" y la obra, "Como piedras". Montaje original, escenario adecuado, aforo bonico, interpretación genial, música encantadora, recuerdos agradables, conexión con el público pues estupenda... Resultado un grato y agudo rato de dos horas reposadas y tranquilas, recordando y riendo con las ideas que llegaban a mi mente contemplando cada una de las escenas que se desarrollaban. En definitiva un canto a la contemplación de la vida, de lo rápido que corre el tiempo aunque no queramos que se acelere... Y todo ello me llevaba a pensar en el control con que los humanos creemos que manejamos el tiempo, cuando es realmente al contrario, el tiempo nos maneja y solo cabe una cosa sensata para no perderlo del todo... convertirse en su aliado.
Aprender a jugar con el tiempo, no para ganarle la partida, cosa por otro lado imposible, sino para que quede al menos en tablas... y que el tiempo trague al tiempo en esa batalla contrareloj que nos empeñamos en originar. Pero ahora bien, como aquel que decía:
¡Que paren el mundo que yo me bajo unos momentos!
Imposible de hacer claro está, pero peor es subirse al carro de la prisa aceleradora que nos envuelve y nos envuelve y nos lía en su trama hambrienta y feroz.
En las Geórgicas del poeta romano Virgilio (70-19 a. C.) podemos vislumbrar detalles de esta fugacidad temporal:
“Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus, singula dum capti circumvectamur amore”... Pero mientras tanto huye, huye el tiempo irreparablemente, mientras nos demoramos atrapados por el amor hacia los detalles...
En "La Eneida" (canto X, vv. 467-468), también encontramos pensamientos alrededor de esta idea:
“Stat sua cuique dies, breve et irreparabile tempus ómnibus est vitae”... Está decidido el día para cada uno, breve e irreparable es el tiempo de la vida para todos...
Aunque el tópico se genera en la antigüedad clásica es a partir de la Edad Moderna cuando se refuerza aun más, con el ascenso de la burguesía y el triunfo del dinero. Ya no se ve a la vida como un tránsito sino como un camino demasiado corto... La riqueza genera riqueza con el asomo del Capitalismo en ciernes, y esa riqueza hay que disfrutarla, de ahí que cada vez más se vea a la vida como un ascenso sin deriva, y como que se escapa... La muerte ya es una desgracia no un escalón hacia otra vida mejor como ya se vislumbraba en los versos del poeta Jorge Manrique en las postrimerías de la Edad Media, en las "Coplas a la muerte de su padre":
"Recuerde el alma dormida
avive el seso e despierte
contemplando
como se pasa la vida
como se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer
como después de acordado
da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquier tiempo pasado,
fue mejor..."
También Luis de Góngora en su poema "Que se nos va la Pascua" nos recuerda lo efímero de nuestra existencia, lo rápido de nuestra vida, la carrera contrareloj:
"!Que se nos va la Pascua, mozas,
que se nos va la Pascua!
Vuelan los ligeros años
y con presurosas alas
nos roban, como harpías,
nuestras sabrosas viandas..."
Actualmente el tópico continúa y se ha hecho como una parte consustancial de nuestra vida, unos lo viven deprisa, otros intentamos vivirlo despacio, frenando con auténtico frenesí el paso inexorable de los segundos que quieren pasar demasiado rapidos por este presuroso mundo nuestro... Así en poemas, películas, pinturas actuales continúa apareciendo este tópico del paso del tiempo, lo que sigue demostrando que en cierto modo socialmente se sigue con la preocupación por esta idea:
CUANDO EL TIEMPO PASA (Juanes)
"Cuando el tiempo pasa
y nos hacemos viejos
nos empieza a parecer
que pesan más los daños..."
Pero la esperanza y confianza de aprovechar el tiempo sigue estando ahí, aunque nunca se pueda atrasar o parar, o mejor dicho frenar el dicho ya, paso del tiempo. Distinto será la filosofía que cada uno estime o tome observando este paradigma, o te obsesionas y consumes tiempo cada vez más deprisa, o te relajas observas y vives cada momento lo más lentamente posible disfrutando de cada detalle y de cada fragmento de vida, buscando los ratos felices porque ya los malos ratos se ocupan de llegar por si solos...
"Cuando era niña pregunté,
madre ¿de mayor que seré yo?
¿Seré rica, sere mejor...?
Y ella me respondió:
Que será, será
el tiempo te lo dirá..."
QUE SERÁ, SERÁ. Doris Day-B.S. "El hombre que sabía demasiado" A. Hitchcoch
José Antonio Saura Sánchez