Es así. Rotundamente...¡si! La vida es una grandiosa suma de momentos. Yo me quedo con los gratos indudablemente... Pero..., ¡ay!, que tienden a fugarse por las esquinas de mi entendimiento. Y yo me confabulo para que resurjan, afloren de nuevo; porque ahí están y no se han perdido. Esto me pasa por confiado, por creer que perdurarán siempre en el mismo sitio de la memoria, y nada más vano... Se me escapan, se me traspapelan en la odisea del tiempo. Y yo no quiero eso.
-"Siempre quedarán los buenos momentos"-, suelen decir, aunque eso no es un fiel reflejo... Unos pocos momentos ingratos anulan a los que son algo menos, aunque solo sea por poco tiempo, ya que si esto fuera imperecedero... ¿quien sería capaz de soportar tan triste desasosiego?
Y así encerrado en estos devaneos, me esfuerzo por plasmar en el escrito todo lo que me asalta por dentro... Y que me hiere, me desafora, me abruma y me quiere llevar por caminos inciertos...¡Pero no! ¡Conmigo han dado en hueso! Sabré aferrarme al buen recuerdo de lo que nos queda aunque me rinda en ese intento...
2 comentarios:
José Antonio, el viernes hubo buenos momentos, qué día. Pero claro luego el sábado llega el bajón. Será así. Ahora, que nos quiten lo bailao.
Un abrazote.
Esos son los buenos momentos que se quedan y aunque después llega el bajón como dices, que nos quiten lo bailao, y... que pena que no pude irme al 609. Pero es que uno todavía no tiene el don de la ubicuidad...
Gracias por tu atención
Un abrazo
Publicar un comentario