Los cristales de mi mente se despejan
con una simple llamada me despiertas,
la luz abre paso a la ventana del corazón,
y tú, solo tú, estás ahí, esperándome...
Como siempre la reacción es como es
y tú, solo tú, eres culpable de ello...
Por eso, por todo, por lo mas, por lo demás
protagonizas mi tarde emocionada...
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