sábado, 15 de marzo de 2008

CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE GONZÁLEZ MORENO, ESCULTOR

JUAN GONZALEZ MORENO, ESCULTOR DE ALJUCER

En el presente año se cumple el Centenario del nacimiento de un gran escultor, D. Juan González Moreno nacido el 11 de Abril de 1908 en Aljucer.
Durante el pasado año celebramos en Murcia el III Centenario de Francisco Salzillo, quizás el más conocido de los escultores murcianos por su grandiosa obra procesional y religiosa; maestro del barroquismo que traducía con la gubia en sus imágenes la expresión, el sentimiento y el dolor de una forma excepcional. Salzillo aunque fue reconocido artísticamente casi un siglo después de su muerte a finales del XVIII, instauró una “escuela” de imaginería que ha tenido muchos discípulos relevantes a nivel regional, así tenemos a Roque López, Juan Porcel, Marcos Laborda y Sánchez Araciel entre otros.
Posteriormente los escultores en el siglo XX se han visto muy marcados por la obra y el estilo del gran Salzillo, pero algunos han sabido imprimir un carácter particular, y aún basándose en modelos similares a los que Salzillo utilizase, han avanzado en cuanto a las formas, las composiciones y a las expresiones en los rostros de las imágenes.
González Moreno ha sido uno de los escultores que dentro de sus obras procesionales para las distintas cofradías de Murcia, Cieza, Albacete o Cartagena, ha conseguido imprimir a las esculturas un toque particular en las facciones de esos rostros un poco alargados y de esos ojos rasgados característicos de la mayoría de sus imágenes.





Descendimiento de Burgos.
Foto: http://gonzalez-moreno.iespana.es/catalogo.htm

Juan, siendo un adolescente tiene sus primeros contactos con la escultura en el taller de un artista del Belén, después empezó a estudiar dibujo en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, teniendo como maestro al pintor Pedro Sánchez Picazo y con dieciséis años entra en un taller de retablistas y escultores en el cual aprende las técnicas del tallado, dorado y policromía de la madera. En un principio como la gran mayoría de los escultores murcianos su formación se verá muy marcada por el trabajo del maestro Salzillo y de sus continuadores. Más adelante consigue mediante concurso una beca de la Diputación Provincial de Murcia para estudiar escultura en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, allí conoce a Capuz, el cual influirá en su trayectoria como escultor.
En la Guerra Civil regresa a Murcia y colabora con el Museo de Bellas Artes en la recogida y cuidados de las obras de arte religiosas repartidas por las iglesias de Murcia y los pueblos de la provincia, para evitar en la medida de lo posible su destrucción y deterioro, aunque a pesar de todo muchas obras desaparecieron o sufrieron serios daños. Con la ayuda de artistas como Clemente Cantos, Luis Garay y Sánchez Picazo, se recogieron, primero en el Museo y después en la Catedral, las obras de imaginería más relevantes de Murcia y provincia. También salvaron algunos retablos importantes como los de la iglesia de San Miguel, el de las Anas y el de las Agustinas, mediante el sistema de tapiado, mientras dichas iglesias servían de almacenes y garajes.
Al acabar la Guerra, González Moreno abrió su primer taller de escultura y tiene por aprendices a Antonio Campillo, Francisco Toledo y Hernández Cano. Pronto tendrá muchos encargos por parte de las principales Cofradías e Iglesias, que habían visto como sus imágenes habían desaparecido en los años de la Guerra, en principio trabajos de restauración, como el realizado con el Cristo de la Sangre de Nicolás de Bussy, para la Cofradía de los Coloraos de Murcia, y luego trabajos de reposición de las tallas desaparecidas, así como encargos de nuevas imágenes procesionales.



Altorrelieve de la Presentación en el Templo. Santuario de la Fuensanta (Algezares)
Foto: http://gonzalez-moreno.iespana.es/catalogo.htm

A partir de estas fechas su carrera como escultor se dispara y cosechará muchos premios por su trabajo, tales como el primer premio de la Exposición Regional de Pintura y Escultura en 1942, el Premio Salzillo de escultura con “La Piedad” en 1945, y la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1948. En este mismo año viajará a Italia con una Beca y allí se pone en contacto con las grandes obras del Renacimiento italiano, lo cual le marcará en adelante para la realización de su trabajo como escultor. En 1949 vuelve a obtener el Premio Salzillo de escultura con “La Anunciación”, y abre de nuevo su taller donde tendrá como ayudantes a escultores como Elisa Séiquer, Luis Toledo, Pedro Pardo y González Marcos.
En 1952 consigue la segunda medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes y participa en la Primera Bienal Hispano-Americana de Arte. También gana el Concurso para la reconstrucción interior del Santuario de la Fuensanta, realizando todos los relieves de las capillas y del Altar Mayor. En 1955 entra como profesor de modelado y dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia, en el 57 es elegido miembro de la Academia de Alfonso X El Sabio de Murcia y gana con su “Desnudo de mujer mediterránea” la Medalla de Primera Clase de la Exposición Nacional de Bellas Artes. En 1959 es nombrado académico de la Corporación de Murcia de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Cuatro años más tarde consigue el cargo de director de la Escuela de Artes y Oficios de Murcia hasta que se jubila en 1978. Después de la misma sigue cosechando éxitos y nombramientos hasta que en octubre de 1989 se organiza una gran Exposición Antológica en el Palacio Almudí de Murcia.


Estatua sedente del Cardenal Belluga. Glorieta de España. Murcia.
Foto: http://gonzalez-moreno.iespana.es/catalogo.htm

González Moreno a lo largo de su vida ha cultivado diversos géneros escultóricos, pero lo más destacado son sus desnudos femeninos, los retratos y la imaginería religiosa. Como obras profanas más conocidas podemos citar la estatua del Cardenal Belluga en la Glorieta de España de nuestra capital y el Monumento a la Fama de la Plaza de Santa Isabel. Como obras religiosas caben destacar el Monumento a la Inmaculada de la Plaza de Santa Catalina y el gran número de imágenes para las Cofradías de Semana Santa, entre las que destacan las Hijas de Jerusalem de la Cofradía de los Coloraos de Murcia, el Santo Entierro, San Juan y la Virgen de la Amargura, para la Cofradía del Sepulcro, el Descendimiento para una Cofradía de Burgos, el Santo Entierro que hizo para Albacete, la Soledad de los Pobres y el Cristo de Medinaceli para los Marrajos de Cartagena, la Virgen del Amor Hermoso para la Cofradía del Resucitado de esta misma ciudad, así como numerosas imágenes para la Semana Santa de Cieza, sin olvidar otras muchas repartidas por toda la geografía murciana, e incluso fuera de las fronteras regionales, en provincias como Almería y Albacete.



Soledad de los Pobres, Cofradía de los Marrajos –Cartagena
Foto: http://gonzalez/ –moreno.iespana.es/catalogo.htm

La figura y el trabajo de Juan González Moreno se han visto enmarcadas en una encrucijada de opiniones para sus críticos y para los enamorados de su obra. Mientras que para unos fue un gran maestro de la imaginería religiosa, para otros sobresale por sus obras profanas, por sus desnudos y por sus retratos, incluso él mismo se reconoce como más profano en su obra. Según la profesora Gutiérrez-Cortines, los juicios sobre su obra han sido siempre incompletos, y a pesar de que su formación y evolución, se viera interrumpida por la Guerra Civil, y teniendo en cuenta también los límites culturales que imperaban en la sociedad murciana de aquellas fechas todo esto no fue obstáculo para que González Moreno fuese un escultor de primer orden, capaz de crear e interpretar la belleza, basándose en su punto de partida que era la realidad.[1]
En efecto, González Moreno se sintió más atraído por seguir el modelo de la realidad que dejarse llevar por aspectos abstractos, dotando a sus imágenes de unos elementos cercanos al espectador, que las hacían más próximas por ver plasmadas en ellas características físicas y expresiones dotadas de algo especial, de una serenidad imperante, que era común en todas sus obras fueran representativas del dolor y la pena, como en sus imágenes religiosas de la Pasión, o fuesen obras profanas como las de sus figuras de mujer o sus estatuas para plazas y jardines.
Durante sus estancias en Italia se sintió atraído por los autores del Renacimiento como Donatello y Miguel Angel que se convirtieron en puntos de referencia que se verán en los detalles de algunas de sus obras posteriores. Esos rostros y formas alargadas, la sobriedad que los caracteriza serán una influencia de estos artistas italianos, que se verán en las obras religiosas hasta la década de los 60.
Pero sin duda es en la obra profana, en sus formas femeninas donde este escultor se siente más cómodo y libre, y dónde se puede incluso decir que alcanza un modo propio de realizar sus formas redondeadas y compactas en el cuerpo, mientras que en los rostros realiza trazos ligeros y muy tenues, lo que les enmarca en una categoría de personajes anónimos y lejanos, que nos acerca al clasicismo como un modo de entender la escultura como una realidad genérica.[2]
González Moreno ha sido un escultor del siglo XX que nos ha transmitido en su variada y extensa obra el gusto por la imagen, la sensibilidad en sus formas y la belleza serena en sus rostros abigarrados de tristeza y dolor contenido, en las imágenes para procesionar, y aunque haya tenido detractores en cuanto a su carácter se refiere, lo que sí hay que reconocer por encima de todo es la herencia artística y cultural que ha sembrado por todo el sureste español, como legado para las futuras generaciones.


Bibliografía:
-González Moreno. Esculturas, Murcia 1989.
-Historia de la Región Murciana, tomo X. Murcia. 1980
-Gran Enciclopedia de la Región de Murcia tomo V. Murcia. 1994
-http://webs.ono.com/gonzalez_moreno/biografía.htm



JOSÉ ANTONIO SAURA SÁNCHEZ
Dpto. de Geografía e Historia

[1] Gutiérrez-Cortines Corral, Cristina “Escultura Profana e Imagen Religiosa (1930-1980) Historia de la Región Murciana, Tomo X Murcia 1980.
[2] Gutiérrez-Cortines Corral, Cristina “Escultura Profana e Imagen Religiosa (1930-1980) Historia de la Región Murciana, tomo X, Murcia 1980

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