miércoles, 4 de enero de 2012

A LA BUENA SOMBRA





Aquella luz que se cuela entre tus hojas
aquel clamor que se fija cuando te alzas,
es como el candor del cielo
que cae sobre mi mañana...
La línea del tiempo se para a tus pies
pues tu sabes bien donde descansas,
y ese rubor que siento,
cuando al amanecer me suenas,
me llamas...
A la buena sombra de tus ramas...

A la buena sombra te eriges,
como un mástil en el levante,
en el poniente, como una estatua,
y esa sombra alarga
tu razón de ser y mi alma,
y en toda la campiña del olvido
tu te destacas como esa planta,
como ese encanto que engaña
al viento, al sol y al agua...
A la buena sombra de tus ramas...

A la buena sombra, la libertad emana
con una daga que en ráfagas se cierne
entre las charcas, que tus pies bañan,
y que se mecen entre los laureles
como si entre ellos se renovara el misterio
y en todo lo que haces destaca la templanza...
A la buena sombra de tus ramas...

A la buena sombra, se refugian
las alegrías y las penas pasajeras
pero no ufanas, seniles por lo largas
y fugaces por lo que dañan.
Unas y otras se baten entre tus ramas
y a los pies de tu frondoso cuerpo
un niño compone unos ligeros versos
que sucumben en los oídos del alba.
A la buena sombra de tus ramas...

Destellos de la voz resuenan ligeros
en los suspiros de aquel águila
que sobrevuela tu copa, en lo alto
y que contigo compite en esperanza.
Con su vuelo dispone en arcos
la ligereza del murmullo que clama
en la lejanía, como el que quiere oir...
la nada.
A la buen a sombra de tus ramas...

No hay comentarios: